depto rec: Federico Andrade . Daft Punk's Electroma

Electroma es un film extraño.

Es una verdadera crónica marciana en el planeta Tierra, realizada a partir de un clásico tópico de la ciencia ficción (y del imaginario propio de la banda): robots que aspiran a la complejidad emocional de los seres humanos.

Lejos de las coordenadas terrestres, la tensión narrativa del film se resuelve a través de los elementos esenciales del discurso cinematográfico, la sucesión temporal de imágenes y sonidos, dejando de lado ciertas convenciones del cine narrativo como los diálogos y la estructuración de escenas análogas a la novela o el teatro.

Pero la extrañeza del film no radica en esta concepción, que a falta de una mejor palabra que de cuenta de un cine de estas características ha sido denominado con el genérico rótulo de cine experimental.

Lo extraño, es como dentro de una propuesta que aparenta ser demasiado distante y gélida, es posible encontrar la evidencia de una genuina emoción humana.

Los robots del film si bien están inmersos en la misma atmósfera de gravedad cero que Stanley Kubrick puso en escena en 2001 Odisea del espacio, también vibran en la misma frecuencia de las composiciones de Kraftwerk, donde la calidez humana se presenta como resultado de la fría síntesis de variables matemáticas.

Lo curioso es que dentro de esta ecuación, estén excluidas las canciones del dúo francés. Esta decisión hace que el film tenga una cualidad autónoma lejos de la función de promocionar algún álbum específico, como sus films anteriores D.A.F.T.: A Story About Dogs, Androids, Firemen and Tomatoes e Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem que eran complementos de los trabajos Homework y Discovery, respectivamente.

En este caso, Daft Punk se pone en escena a sí misma, sus integrantes son los protagonistas del film y prefieren oficiar de “DJs” seleccionando una acertada banda sonora que incluye composiciones de Todd Rundgren, Brian Eno, Sébastien Tellier, Curtis Mayfield, Linda Perhacs, Jackson C. Frank y Mathieu Tonetti, Chopin, entre otros.

Quizás estas canciones, junto a las acciones mínimas de los personajes, son las que nos permiten intuir su estado emocional a pesar de que sean robots sin rostro, en un relato hipnóptico, donde pareciera que vemos más de lo que es meramente visible en el film, en un permanente estado de pura sugestión.

Electroma es la invitación a un viaje por un extraño planeta para ser apreciados con todos los sentidos, dejando de lado momentáneamente la seguridad de nuestro raciocinio terrícola.